Byron Vargas Quesada

Vuelo al infinito

Hubo una vez un ave

Que se quiso convertir en aire

Pero el cielo y su resplandor

Le desbordaban pavor

 

Después quiso ser lluvia

Pero sus alas no la dejaban caer

Lo que la lleno de duda

Y sus lágrimas volvieron a aparecer

 

Su llanto la impulsó a seguir soñando

A no dejarse vencer

A seguir con sus alas volando

Y a nunca desfallecer

 

El mundo seguía girando, sin importar su malestar

Sin importar su dolor, que nunca captó su atención

Ya que solo sabía volar

Y con ello perdió la razón

 

Miró un día un río plagado de peces nadando

Y le pareció peculiar

Que entre tantas aguas buceando

No se pudieran ahogar

 

Le bastaba su simple presencia

Que cada vez se entristecía

Aun que anhelaba esa dulce clemencia

Que un día sus alas teñía

 

Vuela ave sin parar

Que para eso mismo naciste

Deja ya de llorar

Que nunca penas tuviste

 

Un día conoció a otra ave en el río

Pero parecía un tanto diferente

Tenía un pasado sombrío

Pero seguía siendo imponente

 

Aunque nunca estuvieran al lado

Su existencia maravillaba a la otra

Y luego de haberlo pensado

Su vuelo ya habían zarpado

 

Un día su compañera perdió sus alas

Y volar no podría jamás

Le dolió tanto perder sus alas

Pero hacer ya no podía más

 

El ave volvió a su nido, y comenzó a meditar

Pensando que a su compañera no podía dejar

Y entre lágrimas y tormentos volvió a aquel lugar

Junto al río que tanto ha llegado a amar

 

Encontró al ave herida, volviendo a aquel pasado

Y decidió por si sola igualar su condición

Ya que alguna como ella nunca había encontrado

Prefería estar en tierra, sin motivo ni razón

 

Con su pico arrancó sus alas, y por ello mucho sangró

El dolor era pasajero, pero aquellos momentos no

Que desde aquel día sin saber

Su corazón, volvió a nacer

 

Vuela ave sin parar

Que para eso mismo naciste

Deja ya de llorar

Que nunca penas tuviste

 

Vuela, ya no en los aires, más si en tu pensamiento

Que cierra tus heridas y calma el sufrimiento

Vuela ave sin parar, calma tus lamentos

Lo que un día quisiste, está contigo en este momento

 

Ya no importa el agua, ni tampoco importa el fuego

No importa la elegancia, que enalteció tanto tu ego

Ya estas donde querías, entonando tu canción

La apariencia no importaba, importaba su corazón.