Hay algo de sueños oníricos
en la poesía del gran Nerúda
la muerte viva está presente,
y del mar que todo lo invade,
llega el aliento hasta su lecho,
y desde allí se evade,
por la tierra y por el aire,
y vence en batallas amorosas,
con galanura y con desaire.
!Ay! Como soñé en las arboledas
perdidas donde olvidé de todos
el mayor desaire.
Para conocernos tenemos que hacer
un esfuerzo intelectual con el corazón
y con el cerebro,
hay que abrir la ventana
y que entre el aire fresco,
en nuestra mente atormentada
pensar que la vida si no es tuya
es prestada,
y eso hermano, no vale nada.