Una bienaventuranza me ha traído aquí
discurriendo en devenires sucesivos
no podía ser otro, sino este mi destino
edén de delicias es tu mármol martillado
más misterioso el pedestal de tu cuerpo
ornado en oro y plata quiméricos
tu beldad se eleva sobre el orbe
con el horizonte mágico, la luz aclara
sembrando de espacios infinitos el alba
erguida es tu figura por voluntad divina
celeste te elevas y es la luz quien te alza
brilla tu belleza en los confines inabarcables
signo imperecedero, palabra sacra, lítica
lumbre mítica de tu verdad oculta
tu astro está grabado en el firmamento
bello y brillante por toda una eternidad
para alegría y bienaventuranza de todos
tu luz clara, casi mía, me salva ahora
me arranca para arrancarnos, mutuamente
de las caretas avernales que nos cobijan
entre sopores y profundas grietas
para hallar tu luz profundamente clara
como un mundo nuevo escrito en roca
sempiterno, magno, imperecedero
grabado en la luz de tu Luz arcana
tan grande que es ya un orbe
que ahora me abriga.