Carlos Justino Caballero

RUIDOS NOCTURNOS

Se van, se esconden los ruidos de las aves

que me maravillaron mientras duraba el día

y van apareciendo lentamente

esos ruidos de la noche que enamoran.

 Abro la ventana para que entren libremente

y allí están... no saben que los siento.

Son ruidos que juegan, juegos simples,

sintonías naturales o puras fantasías del campo.

Me llega el golpeteo de aguas del río

tan monótono e inductor a sueños,

enlazado al croar de ranas y de sapos

que los siento más lejanos llegando

desde la acequia y desde el río mismo.

El cric cric de los grillos que se meten

en la casa, un ruido que por escondido

no señala el rincón de su origen.

Y también siento algún coyuyo

 o langostas... con su especial chirrido,

 rítmico y constante intercalado

 con breves silencios de descanso.

Y hasta el cuchicheo de murciélagos

metidos en la cumbrera de chapa

resultan hechiceros en esa mezcla nocturna.

También escucho otros sonidos que aún no sé

de dónde vienen, ni adónde van ni quiénes los avivan,

pero igual me arrebatan el alma.

Y los voy oyendo atentamente primero

hasta que empiezo a confundirlos

mientras el sueño llega... de la mano

de esos ruidos nocturnos.

 

De mi libro “De encuentros y desencuentros”. 2010 ISBN 978-987-9415-26-9