Joseponce1978

Muerto en vida

Nada hay más funesto que estar muerto en vida,

tratando de resucitar los anhelos

que surgen al surcar nostálgicos cielos.

Oscura efeméride que dentro anida.

Entretenerse en destapar agujeros

pretéritos que han de permanecer sellados

por la memoria sin olvidar a aquellos

que llenaron de ilusión nuestros graneros.

Pasar sin pena ni gloria por el puente

que une lo intenso del llanto neonato

con el parsimonioso postrero rato.

Trasiego de esperanza por el afluente

que desemboca en un barnizado ataud.

En lo ínfimo reside lo substancioso

de la existencia, gotas que dejan poso

a lo largo de la efímera virtud.

Persecución exhausta de inalcanzables

horas que se burlan dando el esquinazo

y son recobradas ya fuera de plazo,

cuando los días se tornan abominables.

Busqueda incesante del mañana obtuso,

tan incierto que nunca se hace esperar,

destino tan voluble como fugaz,

más volátil que las cenizas incluso.