La muerte te acostó tempranamente
Como la madre acuesta a su retoño,
Te entregó a un sueño frío e inclemente,
A un congelado otoño.
Me arrebataron tu voz y tus manos
Para dárselas a un cielo dudoso,
Te fuiste a los abismos más lejanos,
Pálido y silencioso.
El llanto sabe a ti, todo me sabe
A las horas sin ti que hemos pasado.
En un corazón tan frágil no cabe
Tu ausencia o tu legado.
Te marchaste y nunca te despediste,
Aún conservo las cartas y una foto.
El mundo se vuelve otro mundo triste,
Más apagado y roto.
Quiero encontrar tu cuerpo y protegerlo,
Velarte en la noche para quererte.
¿Tu amor? Si miro al cielo puedo verlo
Al lado de la muerte.