Tengo un lazo anclado al cuello,
perturba mi sueño, quiere explotar
Ansío vislumbrar el poder soláreo,
en este verde confín del umbral
Mis labios deshilachados por la arena,
se entremezclan con aguas putrefactas
Decaigo, por un hondo pasadizo
Caigo en las ruinas de la eterna monotonía
Cuervos grises me han arrebatado los ojos
Sin embargo, aún soy capaz de ver la luz
En el ocaso brillan sueños irrealizables
Cubiertos por una manta de fantasía
Mágica cubierta, antifaz perfecto
Es la mezcla de quien fuera en un ayer
Mi cerebro se divide en muecas efímeras,
quiere encontrar a mi verdadero yo
Quien podrá, decirme al oído
cuantas golondrinas volaron hoy
Es la virtud, es el destino
Que colma mi vida de plenitud