Sobredosis.
Nada más hermoso que una mujercita adorable,
recién levantada, algo adormilada, perezosa,
tratando de conectarse con el mundo real,
con una batola de seda que cruelmente cubra,
tan solo, lo que nos encantaría admirar,
pero lo insinúe perfectamente,
detrás de su soslayada transparencia...
Sentada en flor de loto,
recibiendo los primeros rayos de sol,
que curiosos penetran la ventana...
A esa desgarbada mujer,
le entregaría lo que me queda de vida,
con tan solo dejarme compartir su primer café,
como si fuera el ultimo de mi existencia.
A ti, solo te puedo ver siempre hermosa,
tu alma cristalina, jamás está desgarbada,
no necesita maquillaje,
siempre va de punta en blanco.
Me has vuelto ciego a la realidad,
ya solo atino a verte, en los presentimientos oníricos,
de mi memoria sideral.
Te has vuelto ilegal,
eres el alucinógeno más fuerte,
pues solo con aquel beso,
mi cerebro dejó de funcionar.
Quiero una sobredosis de ti...
que reviente mis venas y me haga eterno.
Solo eso quiero, después de ti...
Ron Alphonso
11 de febrero de 2018