Déjeme reconocer su rostro,
acariciando con mis manos
la piel que lo cobija,
permítame hacer temblar su alma
y el beso que lo estremezca.
Déjeme sorprenderlo con mis ganas,
mis deseos de amarlo constantemente,
cédame el derecho de decirle,
de mostrarle los motivos
y razones para así quererlo.
Obtenga usted el beso que le envío
con mi suavidad
y con esta claridad de mi cuerpo
Y mi susurro en su oído con reales frases,
como el paraíso de pensarlo,
Iluminando ya la esencia de adorarlo
escuchando el canto de pasión que ocasiona
y del viento que alienta.
Déjeme escribir mi marca
en la silueta de su cuerpo,
yo ya tengo grabada toda su esencia
en la fluidez de mi sangre,
permítame quererlo
y déjese llevar por el calor de mi deseo,
yo me encargaré de todo,
Y sienta lo inolvidable del momento.
Déjeme imprimir mis verso
en la calidez de su alma
y haré que sienta la frescura de mis labios
permitiéndole robar mi corazón
y todo el amor que escribo.
Mariana Gutiérrez, febrero 2018