mariano7777

ANDALUZA

SEVILLANA

                                   (autor JUAN MARIA)

 

Por las venas

que riegan la belleza de la pasión

y por los laberintos del amor

corria dulzura y sensualidad buena

flor de la nostalgia.

 

En delirio de amores

entre gitanos y lunas

brillo tu ardor

andaluza garbosa

en noches bohemias

con luz y lagrimas

de estremecidas guitarras.

 

Van por tu camino

inquietas mariposas

de Córdoba y de Almería

con sus colores ampulosos

palpitantes

como los besos

de las mujeres de Andalucia.

 

Flor bella

hija del ensueño de Sevilla.

Halagada por las coplas

y amada por los diestros

de cintura de mimbre

y cutis de oscuro pétalo.

 

No pude arrojar al viento

del olvido

el recuerdo de tus besos

embrujados.

Y eran tan tristes

los celos.

 Era tan triste la espera

y los toros bufaban

en la pradera.

 

Vibrando en tu alma

se estremecía

el cante jondo flamenco

ay niña

que ni hubieras sido...

La Malena,

de Jerez de la Frontera.

 

 Estaba cerrado el jazmín

y los caballos galopaban

contra el viento.

 

Labios de vino fino y de sangre

andaluza de renegrida melena.

 

Ay Santa Margarita de Linares,

con Manuel Rodríguez  en el ruedo,

y la verónica y la manoletina,

sobre alas del capote,

en su danza por la arena.

 

Era tan penoso tu desden

y los mozos arrojaban alelíes. 

 

Ay bailaora,

con sangre mora y gitana en tus venas.

 

En la piel de tu alma

buscaban el amanecer y el ocaso

el calor de los rescoldos

que siempre guardaba

tu inflamada calidez.

 

El viento presuroso

con magia de los duendes

freno su vuelo

al oír tu lamento de partida.

¡Pero no tuvo tiempo de curar tu cuerpo invadido de muerte!.

 

Te llevó con su soplo

volando con tropilla andaluza

de mil pelajes

por el curvo atajo del cielo.

 

Golpeando las nubes,

con cascos de vieja estirpe

y poblando el ambiente

de palo santo

con castañuelas

de nervioso lamento.

 

 

Que vuelen al paraíso

tus sentimientos

hermosa sevillana

junto con las mariposas

de tu sensualidad,

que bien allí han de estar.

 

Y el infinito haga eterno

tu canto,

y lo lance a todos los rumbos

para que brille en el cielo

con el amor entero.

 

Yo pido desde el mundo,

en que yace tu carne muerta,

que los rayos de tu alma,

a la mía le den luz,

desde la azul inmensidad.

 

El corazón extraña lo que la soledad evoca.

 

 

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