Santiago Miranda

A veces hay una alegría

 

Irrefutable e indivisible, victoriosa se pasea
Por sobre todos los dolientes instantes, sobre todos
Estos nombres que he cargado a través del día
Redundante, este sentir es la única diferencia
Que en su pulso distingue la experiencia de lo vivo
Y tan esperada su presencia siempre acierta su llegada
Yo solo la observo venir y la cazo furtivo, la devoro
Y luego vibro, la felicidad es a través de mí y yo de ella
Somos ambos repartidos entre motivos carentes
De importancia, aunque solo ambos nos bastemos
Lo sabemos, no es así, la felicidad es porque se comparte
Tímidamente marca el ritmo mi volátil paso por las calles
Y sosegado, bailo mientras nadie me ve en alguna esquina
Y grito a labios cerrados, que bello es el día
Y si nos topamos con otros nosotros nace una tímida sonrisa
Nuestra mirada se fija hacia el encuentro de espíritus extasiados
Cómo astros reconociéndose moribundos más no apagados
Plenos y solo por ese motivo plenamente bellos
Sin deberle nada a nadie, una sonrisa aflora, invitando
Al juego y luego estalla, cada uno sigue el curso
Que su felicidad le impone, ya algunos se dieron vuelta
A mirarse y cayeron dentro de otros pozos
Brillantes, se encontraron en el amor, perdidos. Se dijeron