(De roca y algodón)
Suenan dianas…
El sonido de botas golpeando el pavimento
Eriza la piel…
Que marciales! Qué elegantes caminan tan derechos
Sus voces de mando irrumpen en el silencio
Se notan tan severos los gestos en su cara
Se oyen estridentes las ordenes que emanan,
Nadie las discute… todos las acatan!
Miro la textura marmórea de sus pechos
El porte de estatua de granito inquebrantable,
Parecen monumentos eregidos a la guerra
Si un gesto de dolor cuando agobian los pesares…
Hombre de cuarzo y estalactita
Risco de montaña… rumor de tempestades….
Hombre hecho de grito, de piedra, de flama….
Tu puedes hacer llorar al infinito
Con la sola mirada de tus ojos de bengala!
Y sin embargo,
En medio de este marco irreverente a los sentidos,
Un gesto de descubre,
Te hace débil!
Te vuelve tan humano…
De hinojos y rendido
Un beso en la frente de tu hijo
Te convirtió en guerrero desarmado…
Sin escudo a tu sonrisa de esperanza,
Sin munición a sus ataques de energía
… te sientes de seguro sofocado!!!...
Que estrategia de ese ser…tan pequeñito…
Que te hizo, sin haber solicitado,
En su reino infantil ¡Soldado Raso!
Luisa Piñuela Molina
1993