Vi las espinas que preceden a la rosa
vi mis naves naufragar en las cunetas
vi algún Cristo que no predica lo que prosa
postales de Mar del Plata sin tu letra.
Vi mi rey marcado en su baraja
vi sombras que la noche no disipa
vi como el tiempo nos despoja y nos ultraja
las piedras del riñón y de las tripas.
Vi el vino caudaloso paciente en el racimo
vi las noches más negras y más iluminadas
Vi el animal que ignora su destino
a Celina en el umbral desconsolada.
Vi en sus ojos desembocar las madrugadas
vi los malos modales de su vestido
vi la cruz del sur y tres marias crusificadas
la Cólera de Aquiles, su talón herido.
Vi la luna emerger desde la costa
vi su roja espuma inquietar los espigones
vi unirse en un camino que se angosta
las desdichas y las decepciones.