Vamos, te invito a correr. Podemos ir de la mano o separados, callados o gritando, riendo o llorando. Vamos, te invito a vivir un rato. Podemos ir desnudos mostrando nuestra vergüenza, o ir con tu ropa favorita, o simplemente vestirnos como en un día cualquiera.
Te aconsejo ir descalzo, así sentiras vida en tus plantas. Lleva sombrero por el sol, paraguas por la lluvia, o insolemonos al son de la tormenta, lo importante es que vengas.
Corramos hasta el infarto, o paremos apenas caiga la primera gota de sudor. Lleva agua y comida, o si quieres muchos cigarrillos y vino, la elección es tuya y en parte mía. La parte mía es la invitación.
Si prefieres pasto, pues vamos, pero el cemento y el barro no son mala opción, mientras corramos estará todo bien.
Saludemos a la gente o empujemosla con nuestra indiferencia, al fin y al cabo la invitación es solo para los dos.
Deja tu cabello al aire o tomalo y amarralo para que no te quite el aire, así podremos gritar o callar mejor.
Lo importante es ir, aceptar la invitación o no. Ahora que lo pienso, la decisión es tuya, yo solo hago una simple invitación a correr...