Nuestro destino se ha convertido
En un bello paraíso de amor.
Nosotros somos sus habitantes.
Puro y exclusivo de nosotros.
Lo hemos idealizado de tal manera,
Que deseamos ser exclusivos en él.
No es por egoísmo no querer compartir.
Es sólo por el gran amor
Que ambos idealizamos.
Tú te sentías sola, y me buscaste.
A mí me pasaba lo mismo, y te busqué.
Y el destino ha permitido nos encontrásemos.
Y gritamos nuestro amor a nuestros amigos.
Y ellos sintieron felicidad al saber
Que ya ambos no estábamos solos.
Es tan grande nuestro amor,
Que a veces al unísono nos decimos: ¡Te amo!
Amar... amándonos... la maravilla del ser.
Sentir nuestras manos unidas,
Como nuestros cuerpos.
Esta es nuestra gran felicidad.
La que hemos deseado.
Dios ha querido nos conociésemos.
Él permite que nuestro corazón vibre
En un eterno y constante latir de felicidad.
TENIENTE DEL ESCENARIO
HEO.