Ay niña, la primavera
llega si miro a tus ojos,
al besar tus labios rojos,
hechos de fuego y hoguera.
En forma de revolera,
en tu falda libre al viento,
en mi sangre y sentimiento,
en mi piel, de ardiente arena,
y en tu cintura agarena…,
ay niña, que en ya la siento.
Gonzaleja