Al verte de violeta y bien vestida
con hermosa y sutil delicadeza
me muestras tu figura y gran belleza
como una fina flor y bien cuidada.
Yo deseo tenerte entre mis brazos
y que mi sangre apague, sacie y calme
el fuego que nos quema y aun consume
a nuestras almas entre fogonazos.
Tu en mi desencadenas este vicio,
mas para no caer en el acoso,
del amante que pierde el sano juicio
al vivir una vida en el exceso,
yo voy a amarte mucho más despacio,
hasta que nos despierte cada ocaso.