“Anota que un día desnuda/ con el alma me amaste,/ antes que el tiempo te cree la duda/ y creas que sólo lo soñaste”.
Al abrir mis ojos quiero que estés ahí,
nada tímida, más bien, más atrevida;
que tus ojos me digan que estás decidida
a darme ahora, sin miedo, lo mejor de ti.
Al abrir mis ojos, ante mí quiero hallarte,
notar en tu temblor deseos fuertes de mí;
que el puente en tu alma que a la mía tendí,
esté listo para cruzarlo y como nunca amarte.
Al abrir mis ojos, quiero muy feliz abrazarte
y fundirme en ti en mil viajes sin regresos…
llenar cada poro de tu piel de tantos besos,
sin contar los otros tantos que he de darte.
Al abrir mis ojos, desnuda ante mí te deseo,
que tus pechos me deslumbren más y más…
que me convenzas de que lo que me darás
tiene mucho más de ti de lo que siempre creo.
Al abrir mis ojos, quiero de tu piel ser un reo
y deslizarme en esa prisión que no me asusta.
Besar y lamer todo de ti, más lo que me gusta
y susurrarte que me encanta todo lo que veo.
Al abrir mis ojos, quiero saber que al cerrarlos,
pude adivinar lo que delante de mí podría ver;
porque eres tan hembra, tan hermosa mujer,
que tus bellos atributos vale la pena soñarlos.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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