Así muy triste fue mi pena cuando vi aquella noche aparecer,
Después de un día largo y agitado casi a punto de perecer,
Agotadas las palabras en mí lengua se recuestan al descanso,
Mi boca no las produce más, se ha secado el que fuera gran remanso.
Ya en calzoncillos y estando muy cansado sin resistencia,
Algo invade mi pensamiento con irritante insistencia,
¡Con Mil Carajos! Me reprocho en mis adentros duramente,
Obligando sacar aquella obsesión pronto de mi mente.
Pero después de haber repasado todos mis actos sin dilación,
Guarde la sinapsis dentro del buro y concluí… “no olvide ni una acción”,
Así justificados mis quehaceres a total satisfacción,
Regresé pronto al deseo del descanso olvidando toda aflicción.
Para mala suerte aquel repaso inesperado del tema,
Me dejó como consecuencia lógica otro gran problema,
Horas pasan y doy vueltas entre sábanas y cobijas,
Me estiró de pies y brazos que ya parezco lagartija.
Tan profunda es mi desesperación por dormir que me digo ¡No es cierto!,
Ahora obligado en primera fila escucho de grillos un concierto,
De repente cruza por mi mente una idea común para el cansado,
Contaré borregos para aburrirme, así al insomnio habré ganado.
El tiempo transcurrió y con su andar me sentía menos cuerdo,
Del Arca también conté todo tripulante que recuerdo,
Por fin he logrado vencerte un poco y conciliar el sueño,
De pronto cantó el gallo y el sol de mis horas se hizo dueño.