Jolgorio, alegría ebria
Un olor a estiércol de caballo
Viaja en el aire
Los ponchos y los sombreros
Las botellas en el suelo
La pólvora vuela y se revienta
Sonidos de botellas
Las canastas van y vienen
Un juego macabro se apuntala
En la plaza roja la masa espera
La victima mancillada
Herida
Su fuerza rebajada
Ante los pies de un payaso de brillantes
El circo, los gritos y sangre nuevos
La pólvora revienta
Los caballos rondan la plaza
En inocua exhibición de su belleza
Las palmas crecen huyendo de la tierra
Los niños juegan en la plaza
Imitando de los grandes sus juegos.
El agua amenaza ahora
Con escurriese a gotas desde el cielo
Toda la concurrencia de las calles
Se meterá en alguna tienda
Al olor agrio de los cuerpos
Y la cerveza y el guarapo reposados
Continuando la ebriedad de las fiestas,
Bajo la carpa seca de una esquina
Escapan también del agua
Que ahora es más copiosa.
De una esquina de la plaza
Surge la comparsa
Rompiendo el silencio
De botellas y risas a carcajadas
Delante cinco toreros
Detrás unos diez caballos
Cada uno con su bestia
En desfile hacia la plaza
Abotargada en sed de sangre
Desteñido su rojo
Sobre los ojos congestionados.
La lluvia amenazante
En aguar la fiesta
De improviso amaina
Inundando las calles
De nuevo en correría
En chicha amarga y en cervezas
En gritos en la plaza
Que no dan espera
Pidiendo sangre
El torero saca pecho
Y como gladiador a la arena
A representar un teatro fatuo
Ya de centurias ennegrecido.