ADAN
Al sexto día cuando todo estaba
a punto para que él lo poseyera,
en el Edén de eterna primavera,
el Paraíso todo lo aguardaba.
Suyas las bestias, suya la pradera
suyo también el huerto del Edén.
mas solo está y ponderando bien,
Dios decide formarle compañera.
Y le da a Eva para que a su lado
su ayuda sea y pueda la pareja
siempre junta gozar de lo creado.
Despierto, Adán la mira fascinado
Piensa: “es bella, en mucho me asemeja
!Bien valía cederle mi costado!”
EVA
Atraída hacia el árbol que es prohibido
cuyos frutos contienen mal y bien,
no la hechizan las fuentes del Edén,
ni los cantos del pájaro en su nido.
Pecaba ya, y no es determinante
del ofidio la oferta sibilina.
persuasiva, se muestra femenina
al implicar a Adán en ese instante
A poco sirve el lamentar tardío
del acto que los deja tras la puerta
del Paraíso, nunca más abierta
Cae en su espalda un fardo de albedrío
y entre sus brazos la esperanza muerta.
Solo llanto y dolor son cosa cierta.