Yvette Nino

ADAN y EVA (bíblico)

ADAN

Al sexto día  cuando todo estaba

a punto para que él lo poseyera,

en el Edén de eterna primavera,

el Paraíso todo lo aguardaba.

 

Suyas las bestias, suya la pradera

suyo también el huerto del Edén.

mas solo está y ponderando bien,

Dios decide formarle compañera.

 

Y le da a Eva para que a su lado

su ayuda sea y pueda la pareja

siempre junta gozar de lo creado.

 

Despierto, Adán la mira fascinado

Piensa: “es bella, en mucho me asemeja

!Bien valía cederle mi costado!”

EVA

 Atraída hacia el árbol que es prohibido

 cuyos frutos contienen mal y bien,

 no la hechizan las fuentes del Edén,

 ni los cantos del pájaro en su nido.

 

 Pecaba ya, y no es determinante

del ofidio la oferta sibilina.

persuasiva, se muestra femenina

al implicar a Adán en ese instante

 

A poco sirve el lamentar tardío

del acto que los deja tras la puerta

del Paraíso, nunca más abierta

 

Cae en su espalda un fardo de albedrío

y entre sus brazos la esperanza muerta.

Solo llanto y dolor son cosa cierta.