Navego por tu mar en mi velero
la estela de tu amor yo la persigo,
y busco en tus corales el abrigo
que sea mi seguro varadero.
Hechizado por ti soy prisionero,
Ulises, en tu mástil me prodigo,
y tras de ti sirena yo prosigo
bogando por tu rumbo verdadero.
Siguiendo tras tu ruta con desvelo,
con todo el corazón apasionado
te busco sin parar y desconsuelo.
Al fin los dos nos hemos encontrado
en donde el mar se junta con el cielo,
tu cuerpo contra el mío entrelazado.