Amo la oscuridad porque me abraza
y esconde entre sus brazos mis pecados
Endulza mis vicios más malvados,
es mi guarida, mi hogar, mi casa
Amo la negra noche y sin luna
fría, yerta, sola y triste
Ese siniestro lugar donde me viste,
amarrado al dolor, la desventura
Amo las sombras complacientes,
cómplices ardientes de mis quejas
Tacitas compañeras de mis penas
llenas de huesos, garras, dientes
Hasta el momento de ser raptado por los ojos,
y arrancado de mi sórdida morada,
por el néctar miel de su mirada,
abandonado al dolor y los despojos
Es lo doloroso y lo sublime
preferir el negro abismo, a la propia vida.
Pero es el precio que se paga,
la cuota de sangre ofrecida,
ante la fruta dulce y prohibida
elegir lo que te duela y te lastime