Aterrizo en el inmenso pueblo onírico,
lugar irrevocable de largas horas grises,
lapso inverosimil de tintes anacrónicos,
multicromático lienzos de suaves matices.
absorta es la razón naufragando en la paciencia,
paciencia cuyo tiempo decidió trascender,
cuyas marcas, residuos imborrables,
son perennes signos, señales de un ayer.
Transcurren sin sentido, detalles sin memoria,
sin memoría viven de experiencias sensoriales,
deciden sin motivo, con voluntad indecisa,
un curso dramático de la serie irrecordable.