Tiempo cuyo paso vemos,
como un feroz enemigo,
su discurrir nos acerca,
a nuestro cierto destino.
Tiñe de blanco el cabello,
líneas cincela en la cara,
cambia la forma del cuerpo,
quita brillo a la mirada.
No sé si esto es verdad,
lo pongo en duda contigo,
pues te observo cada día,
y de eso nada percibo.
Tu mirada me transmite,
curiosidad, firmeza, ilusión,
tu boca da voz a una mente,
desbordante de pasión.
Te veo ante mi desnuda,
no me atrevo a respirar,
quiero atrapar ese instante,
preludio de eternidad.
Y no me produce ansiedad,
el tiempo que vivo tu ausencia,
pues cada segundo que pasa,
me anticipa tu presencia.