Estás en la mañana fresquita
y en el canto amoroso de los sueños de Ali
estás en la brisa que moja mi frente
y en la sombra frágil de los quejidos.
Estás en las palabras que crean el muro
y en los cantos melodiosos de las aves al sol
estás cuando llueve y se hacen rojos mis sueños
cuando llega el llanto y se posa en el alma.
Estás en las noches de andares sin tiempo
en los ojos del cielo que son las estrellas
en las risas infinitas de los niños descalzos
y en la fragancia perpetua de los pasos.
Estás en el árbol de los frutos sensibles
y en el recuerdo urente de mi boca sobre tus pechos
estás en la luna del cantar de los grillos
y en la inmensa hermosura de la osa mayor.
Estás en la danza de los indios de mis ojos
y en las manos para siempre de los poemas
allá donde habita el amor, en mis sueños
tú estás.