¿Y tus ojos?,
¿dónde están tus ojos?,
¿por donde va tu risa ésta mañana?.
Aquí hace noche sin tu rostro,
sin la dulzura que se esconde
en tus palabras.
No sé dónde ocultarme del silencio,
no sé como alejarme
de ésta puerta a la que no llegas;
y me quedo en el dintel,
respirando el aire que me queda,
vestido y con la voz despierta,
por si tú regresas.
Mientras, se calma el frío
recordando los contornos
de tu boca,
y lo suave de la piel
bajo mis dedos.