Pasos presurosos que
apuñalan el silencio.
Zancadas erráticas
que se hacen patas de hormiga.
Huída ciega y respiración agitada.
Serpenteo que enrosca
miembros frágiles con caricia
velluda.
Cara amorfa que babea, ruge
y engulle sonidos guturales.
Mocos y gemidos que se resguardan
en el armario. Entraña y tizón que estruja
con manos que se encogen; que
intensifica latidos en el cuello, respiración
en el oído, calor en el rostro.
Manos de guiñapo que se
estiran buscando oxígeno.
Bocanada milagrosa floresciente
en el alma.
Esfinge a la deriva en vapores que
se estiran hasta la bóveda.
Cuello de aguja que vira y mira
y fija la vista hacía pies de raíz
quebrada.
Estruendo que abraza el suelo,
el sueño, el miedo y paz.
Octavio Márquez.