Cómo un ave de luz rosaste mi espíritu y adormeciste mi mente,
Sutilmente me recostaste en una cama de viento y hojas
Me mostraste el infinito, apretaste mis manos y en una sinfonía bailamos bajo la tibia claridad y
El suelo se hizo algodón
Tus brazos de escaleras subo y
Me alojo en tus labios profundos y frescos, la luna nos visita y me ensañas a botar mis miedos y volar hacia el mar
Tu sublime aroma me envuelve
Y en un éxtasis me aferro en tus almohadas, verde deseo, fuerte loco sentimiento
Entre tantas hojas nos fugamos
Hacía el cosmos, y se ve bien el mundo desde acá, ahora somos
Y seremos una hermosa eternidad.