No resulta alentador
saber que vas para viejo
y, al mirarte en el espejo,
notar que te haces mayor.
La alternativa es peor,
es quedarse en el camino;
envejecer, como el vino,
es, sin duda, un mal menor.
Si te examinas atento
y ves de mejora un punto,
incluso has de estar contento.
Yo a medias contento estoy,
a envejecer bien me apunto
y un año más cumplo hoy.
© Xabier Abando, 03/11/2017