Marisquera de mi ría desolada
venida de algún país que no se nombra
libras a deshoras tu barca anclada
serenatas a bordo de mis sombras.
Marisquera que besas de pies y manos
que recortas en el sur una caleta
que al horizonte los perros más rayanos
hocican contra la luna su saeta.
Te vi de rodillas como un ancla abandonada
prendiendo los ojos en el frío
y me amaste con tu salitre en esa estera
como ama quien se sabe abandonada
por cuatro vientos crucifijos que me estrío
a mar huelen mis llemas todavía... marisquera.