Muchacha de los ojos tristes,
cuando apareciste ataviada con tu blusa morada
me alegraste de tal manera la mirada,
que dejé de ver la vida en escala de grises.
Muchacha de los ojos tristes,
que con tus dedos escribes un te quiero en mi brazo
cuando deseas fundirte conmigo en un abrazo,
has de saber que te amo sin matices.
Muchacha de los ojos tristes,
con pijama de erizos saltarines,
me tientas con tanto tiento
que a tiempo estás de tentar al mismo Tántalo.
Muchacha de los ojos tristes,
cuando pinté con mis lágrimas tus labios
pasaste la lengua por ellos para enjugarlos,
y así nació nuestro amor sin confines.
Muchacha de los ojos tristes,
cada vez que veo mi cara reflejada en tu pupila
en el cielo una estrella lejana brilla
para que le pidamos deseos felices.
Muchacha de los ojos tristes,
te miré con ojos acuosos en la despedida
porque separarme de ti mucho me dolía,
pero ya verás cómo pronto volveremos a unir nuestras vidas.
Muchacha de los ojos tristes,
siempre que sueñes conmigo
un cerdito volador te traerá a mi abrigo.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.