Tú, el clavo que penetro mi corazón
con sus hermosos detalles y deleitante sonrisa.
La tachuela que ha podido remachar mis paredes huecas.
Tú, el roblón que por siempre ha
abollado mis heridas resistiendo cada martillazo,
incrustándote en mis adentros,
clavándote en mi pecho,
fijándote en mis deseos,
punteándome con tus besos.
Tu abrazo ha demolido por siempre mi tristeza,
me has regresado la niña ilusa que di por muerta.
Entras así de improviso,
cuando mi casa estaba desplomada entras para decorarla.
Cuando mí mirada solo sentía el frio piso,
entre los escombros y el dañino polvo
subes mi mirada y me das alivio.
Cuando ya no creía en magia,
cuando había perdido las ganas de seguir construyendo;
te clavas en mi vida, me llenas con tu alegría,
me inventas un nuevo día, rellenas la concavidad en mis resguardos,
hoy en día, por tu amor, ya en mí no existen huecos.
¡Tú, mi clavo dulce! mi mejor ebanista,
el aliento mañanero a una noche sin brisa,
con tu luz reforzaste mis columnas,
con tu fuerza y agotante constancia
te clavaste en mi ser-decorando mi alma,
hundiendo por siempre……………….
los sufrimientos de aquella otra vida.
LeydisProse
2/16/2018
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