No hay palabras que te muestren el alma
Y me juzgas por lo dicho lleno de miedo
Y me juzgas por no brotar hacia el cielo.
Cuando mis semillas están podridas y ya no tengo.
Me juzgas como un criminal y das tu sentencia.
No hay apelación, soy condenado por creencias.
Somos Chirihue y Picaflor perdidos en el espacio,
y escépticos nos suspendemos alejándonos despacio.
Y te evaporas en nubes hacia otras partes,
dices adiós para no arraigarte.
Estaremos bien si mantenemos silencio,
enloquezcamos lejos y mirémonos durmiendo.
Pero despertemos un día y volvámonos fuego.
Arena y Mar en oleaje eterno.