Están tus ojos jugando con la sombra
- diciéndole buenas noches -
soñando con pecados escondidos.
Están tus labios como si me sonrieran
como si fundaran manantiales dulces
como si quisieran que te arrancara un beso.
Están tus cabellos temblorosos
cayendo como cascadas negras
sobre tus hombros tersos donde juegan mis ojos.
Está tu cuerpo hablando
haciéndome preguntas, haciendo
que no sepa decir por qué te quiero tanto.
Y brilla mi aliento en tu aura de colores
cuando te miro absorto, cuando te admiro
ninfa, pan con azúcar en la puerta del horno.