Yo junto flores cada día
me gustan las de primavera
porque tienen el aroma de la resurreción
las junto y las guardo sin miedo,
se que no florecerán de nuevo
que cada día el amarillo crecerá,
pero igual las recojo.
Es tan sencillo como las junto.
Hice un granero de papel,
un surco en cada renglón, que riego
con la miel de esas flores.
Les invento historias y finales,
les tapo el amarillo por celeste
en los epílogos diafanos
y tropeles de rojos y purpuras
en los finales encrespados.
Yo junto historias que son flores
y voy por las calles en las mañanas
porque me gusta el olor del despertar
y dejo en cada acera un florido papel,
allá donde el amor se ha caído,
para que mi papel, mi flor renacida
cambie la tristeza del abandono.
Por esos a veces me pierdo en la mirada
y mi canto se confunde y se hace ecos.
Por eso dejo que las penas de los otros
se hagan flores en mi tinta liberada.