La muerte va preparando
sus zarpazos en la sombra.
Hay quienes de ella se burlan,
el que teme, no la nombra.
Dicen que va por las calles
vestida de vieja loca,
con sus húmedos harapos
guiño de ojos, mueca en boca.
No es possible que le huyas;
si es tu hora te descarga
sus dardos envenenados,
sus flechas de punta amarga.
Ni la llames ni la esquives,
abre puertas y ventana
inútil será el esfuerzo
por mantenerla lejana.
No le temas a la muerte.
cuando llegue, tú, con calma,
déjala tomar tu cuerpo;
no podrá robarte el alma.