Y de la nada, el ambiente cambia
ya no hay risas y todos van a sus camas.
Salgo a ver la madrugada...
mi gata se acerca y me hace compañía,
sólo puedo divisar una estrella pequeñita...
Dos lágrimas brotan de mis ojos,
cansadas de tanto alboroto,
otras más comienzan a surgir
y es ahí
donde el llanto se apoderó mi.