De fogatas negras
o alcobas estrelladas,
en noches consteladas
me enfrentas con garras
y me has robado el sueño
tomandolo por preso.
Te siento como hueso
de luna quemado como leño.
Humo pesado sobre mis ojos
tiras en mi almohada los despojos
del día y del que duerme
en hondos pozos rojos.
Ahora, en tu regazo voy a verme
y en sopor iré a perderme.