La vida, rebelde, siempre mutante,
alterna en círculos y cambia de tiempos
y a veces cambia de voz.
Incluso grita, lo que le estalla o se afoniza
de incomprensión y otras se muda,
descreída y confusa.
¿Dónde fue esa voz de niño simulando flautas?
¿Por qué se hizo ronca, por qué raspa esta voz?
A veces brota de adentro, el quejido muerto
de alguna pena, de algún dolor.
Y otras canta vibrando en aires
de cuerdas tensas... y en otros tiempos
se va, simplemente se va y se guarece
en la rara armonía de sonidos recientes
y allí se queda a vivir.
De mi libro “De sentires y sentires”. 2008 ISBN 978-987-556-229-5