la mañana me recuerda a las abejas
me sabe al miel de mi alma de colmena
me suena a los pájaros con picos de diamantes
me recuerda al bambú cerca de los ríos
a los sauces que piden a gritos agua
las plantas me recuerdan a la esperanza
las rosas sembradas son como un trozo de amor encerrado
me levanto luego del tic tac del reloj de la pared
y veo la mañana de nuevo amarillo como las margaritas
entonces alguna anécdota de niño se posa en mis huellas
entonces me río solo y la gente me mira como loco
mientras voy recordando las mañanas de mi infancia