Me encierro en mi habitación del pánico donde los recuerdos cobran vida y siento como es devorado mi ingenuo corazón. Cierro los ojos e intento persuadir a mi mente, pero es en vano, ella sigue allí en esa guerra perdida contando sus bajas, sus heridos, y de un momento a otro estalla otra granada que deja más víctimas mortales, entre ellos mi alma y mi corazón.
Intento encender la chimenea, pero estoy abrumado, corro nuevamente a ocultarme debajo de las cobijas, hoy los muertos cobran vida, mi alma y mi corazón airadamente le hacen un reclamo a mi mente del ¿por qué los deje morir en vano?
Mi mente entra en pánico, toma un té de finas hierbas para dormir pero hasta allí llegan esos zombies, me despierto, lloro, salgo corriendo y me tiro por la ventana, no me hago daño estoy en un primer piso.
Mi mente huye como un caballo de guerra y aquí estoy yo, recogiendo escombros, intentando reconstruir mi vida pedazo a pedazo, letra a letra mientras tomo un café amargo, necesito avanzar esta noche para mañana amanecer mejor... Lord Vanvle