Escucho un dulce piano,
atravesando con sus sonidos el alma…
me siento transportado, cerrando los ojos
a otras dimensiones astrales.
Sus notas entran en el corazón
y entiendo un poco mas a este mundo desgajado,
que quizás, sin ser sagrado es el sonido mas real creado,
el que da a la vida sentido de pasar inadvertida,
a tanta Injusticia replegada,
Venditos recuerdos venerados.
Las notas cabalgan, trotan y marcan dulces sensaciones,
y le dan a la esperanza, azul y fría un poco de dulce color
OH triste tarde, asoman destellos y caminan,
por ignotos senderos de la calma,
las notas que como agudas campanadas,
me traen recuerdos de una niñez enmarañada.
Mi corazón romántico, se deja llevar
por la ruta de la aurora
y enturbia la onda reflectora
del río musical de mis paisajes.
No quiero campanadas de dolores,
no quiero que la noche entremezcle al día,
quiero ser un pájaro amante,
o un insecto enamorado.
P.M Pedro Monroy Gemio