El hambre es una realidad cotidiana para más de 800 millones de personas. Además, otros muchos millones están subalimentados, con una dieta pobre, monótona y sin suficientes nutrientes. El hambre representa el mayor riesgo para la salud en el mundo, de hecho, mata a más personas que el sida, la malaria y la tuberculosis juntos.
UNOS DATOS DIFÍCILES DE DIGERIR…
Hay elementos coyunturales que provocan hambrunas y problemas de suministros en las poblaciones: guerras, sequías, falta de infraestructuras adecuadas… Éstos, se dan en ciertos países y en ciertas circunstancias, por lo que no explican una cantidad de hambrientos tan elevada. De hecho, las emergencias son la causa de tan sólo un 8% de las personas que sufren hambre en el mundo.
El problema está en los elementos estructurales, más importantes y extendidos, que tienen una influencia mayor en el hambre en el mundo.
Los alimentos mercancía
Se prima el beneficio económico sobre el respeto del Derecho Humano a la Alimentación.
La mala gestión alimentaria
Muchos alimentos acaban en la basura en la producción, transformación y almacenamiento, y en la distribución y consumo.
Los alimentos se producen de forma insostenible, económica, social y medioambientalmente
¿Que se puede hacer?
Las soluciones implican concienciación y cambios a niveles de Estado o empresas, pero también una parte de éstas, pasan porque nosotros seamos capaces de variar nuestros comportamientos en lo referente a nuestra alimentación y a nuestras opciones como consumidores.
TEXTO EXTRAIDO DE LA RED : MANOS UNIDAS CONTRA EL HAMBRE