Un atardecer de un crudo invierno
vestido de negro, comenzaba lo que siempre he soñado
me miro al espejo buscando alguna excusa en mi interior
mis nervios me traicionan, mi mente con ella
Subo a un negro coche, el amor lo ha decidido
mis pensamientos me confunden, no recuerdo nada
mi mirada esta perdida como las estrellas entre las nubes
la gente pasa a mi alrededor, solo ella existe
Al entrar veo bellas cruces y santos
las rosas adornan mi caminar, las bancas solo miran hacia atrás
a lo lejos ella iluminando, con sus azules ojos, el frontis de la entrada
la veo venir como la luna llena alcanza el cielo de una noche estrellada
Ella me rodea con sus alas, me protege de mis miedos
ave maría, ave maría se escucha en lo alto, como si los ángeles se unieran a esta fiesta
se les une la melodía de un piano, como el cantar de las aves acompaña el amanecer
mi corazón palpita, sus azules ojos se posan sobre mi, solo ella existe
La emoción se toma mi alma, mis ojos derraman lagrimas de amor
ella sonríe, contagia mis blancos y pálidos labios…es mi princesa
ha llegado mi momento como quien espera una estrella fugaz en el cielo estrellado
ella confirma nuestro amor invadiéndome con sus ojos, pronuncia la esperada palabra
Nuestro beso por todos esperados, aplausos se escuchan, solo ella existe
todo esta consumado, ya nada puede separarnos
las miradas consumen sus azules ojos, solo ella existe
su blanco vestido refleja la luz de las velas al pasar
Rosados pétalos caen del cielo, como las hojas de los arboles en un otoño
nuestras manos entrecruzadas, las mías tiritan las de ellas me calman
al salir las estrellas nos aplauden, la luna nos invita a soñar
en algún lugar de una montaña, lagrimas de pena caen sobre la fría nieve…