Tu diente roto, asomando en tu sonrisa
Tus compras inconscientes, y tus prisas
Tus ronquidos, en noches de verano
Las caminatas, soltándote de mi mano
Tu mirada furibunda y enfurruñada
Tu manera de robarme la almohada
Tus largas tardes, triste y abstraída
Y los relatos repetidos de tu vida
Tu manía de dejar la llave abierta
O esa otra de no cerrar la puerta
Cuando de la cama saltas al baño
Y tus propósitos locos de cada año
Y tantas otras de tus pequeñeces
Que yo intento corregirte mil veces
Y en que tú, reincides ruin y amable
Te hacen loca, necia… ¡e inolvidable!...