AMADÍS

AUSENCIA (SONETO)


Mi voz enamorada, estremecida
de tanto que te llamo y nunca vienes;
me duele el corazón, también las sienes
de tu ausencia, tan dura, que me olvida.

Vuelve y zurce mi alma descosida
con tus manos espléndidas que tienes,
y así con el remiendo hecho detienes
que, en jirones, la tenga por perdida.

De insufrible tormento desespero
y a cada instante sangra más mi herida;
¿Hasta cuándo otra vez besarte pueda,

y decirte lo mucho que te quiero?
¡Te quiero y te querré toda mi vida
y tan solo esperarte, a mí, me queda!