Tu desinterés está lejos de interesarme,
luego que me desencontré
encontrándote
lo único que no puedo ocultarte
es que te recuerdo…
en cada amenaza de repetición,
cuando hay alerta de sismo,
cuando me apetece un abismo,
ahí estas…
Supongo que cumpliste tu meta:
al convertirte en mi primer precipicio
y lejos de ser un suplicio
una vez superado el vicio:
de quererte
en cantidades nocivas
y para eso bastaba:
la dosis mínima
o solo pensarte.