El tiempo va pasando lentamente
al no poder tenerte ya a mi lado,
las hojas calendario yo he arrancado
deteniendo mi vida bruscamente.
Extraño la lujuria tu alma ardiente,
el calor de tu cuerpo traspasado
como un volcán de fuego desatado,
que con lascivia amaba intensamente.
Olvida ya el rencor que te tortura
dejando que se curen las heridas,
vivamos con pasión y con ternura.
Aún nos quedan noches encendidas
desnudos y abrazados con locura,
sin cortapisas, trabas, ni medidas.