nada se compara al dolor
de darnos cuanta
de que a quièn considerabamos
el amor de nuestra vida,
no lo ès.
nada se compara a amar
y saberse desamado,
ni a la insertitumbre
que no nos deja dormir
noche a noche.
es de mal gusto llorar
o truncar el sueño y estar
pendiente del telefono
a ver si de casualidad suena
y el interlocutor, es quièn amamos.
la desesperaciòn es mala consejera
y vivir de recuerdos con la esperanza
viva de que algùn dìa volvera
no es obtimismo, es masoquismo.
recordar noche a noche
sus manos y mojar las sabanas
no es una señal de amor,
es pura desesèraciòn.
cerrar los làbios
y la puerta de la habitaciòn a otro ser
no es un acto de amor,
màs bièn es un acto de egoismo,
de autoflagelaciòn.